23 abr 2011

William Goldman - La princesa prometida


Hay películas que uno guarda con mucho cariño. Suele pasar con las películas de la infancia, que quedan grabadas a fuego en el recuerdo y se idealizan profundamente. Suele pasar también, la mayor parte de las veces, que éstas no resisten bien el paso del tiempo y cuando las vuelves a ver te acabas llevando alguna que otra decepción. Pero como siempre, hay excepciones. Y hoy me apetece hablaros de una de ellas. 

Creo que buena parte de la gente de mi edad ha visto alguna vez La princesa prometida (1987), en alguna de las múltiples reposiciones de fin de semana que se dieron durante los años noventa. Para algunos de nosotros se ha convertido en una película de culto por muchos motivos: su sencillez, sus personajes carismáticos, el humor que se desprende de cada situación, la atmósfera de cuento de aventuras que la recorre de punta a punta... Es difícil no quedar prendado de la fuerza de personajes como Westley, Fezzik o el grandísimo Íñigo Montoya (interpretado por Mandy Patinkin, Jason Gideon en Mentes criminales). Incluso los villanos, como el príncipe Humperdink tienen algo de fascinante (por cierto ¿soy el único a quien Lord Farquaad le ha parecido siempre un cruce entre el príncipe Humperdink y Artur Mas?).

El argumento de La princesa prometida es sencillo. Buttercup es una bella joven campesina de Florín, que disfruta metiéndose con Westley, el mozo de caballerizas. Él, por su parte, aguanta estoicamente todas sus provocaciones contestando con un simple Como desees, que Buttercup descubre que en realidad significa Te quiero. Después de confesarse sus sentimientos mutuamente, Westley anuncia que se marcha a hacer fortuna, para volver con dinero suficiente para casarse con ella. Al poco, Buttercup recibe la noticia de que el barco donde viajaba ha sido atacado por el temible pirata Roberts, famoso por no hacer nunca prisioneros.

Pasan los años y Buttercup, incapaz de volver a amar a nadie, acepta casarse con el príncipe Humperdink. Días antes de la boda es raptada por tres secuestradores de extraño aspecto: el pequeño siciliano Vizzini, el espadachín español Íñigo Montoya y el gigante turco Fezzik. Mientras huyen, descubren que están siendo incansablemente perseguidos por un hombre enmascarado vestido de negro... Y aquí comienza la historia.

Creo que la grandeza de La princesa prometida es que sabe adaptar a la perfección la novela homónima que le da título, escrita por William Goldman en 1973. Película y libro se complementan de una manera natural sobre todo para los que, como en nuestro caso, pasamos por la película hasta llegar al libro y en él descubrimos las piezas que, sin haber sido conscientes de que faltaban, redondean la historia y le dan una profundidad que antes no tenía. Adentrarse en el pasado de Fezzik o Íñigo, por ejemplo, o en el Zoo de la Muerte de Humperdink, no tiene precio.

El libro, además, introduce una serie de reflexiones interesantes sobre la subjetividad de las narraciones, de la importancia de la lectura y de la materia de la que están hechos los cuentos.

En definitiva, una lectura más que recomendable, hayáis visto o no la película. De hecho, os recomiendo un visionado de la misma mientras leéis el libro. Así descubriréis cómo encajan ambos y entenderéis mejor algunos personajes y situaciones.

Por ahora, nada más. Salvo Hola, me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre. Prepárate a morir.


En imagen, portada de la película y de diferentes ediciones españolas del libro.

2 comentarios:

  1. Por si no lo conoces, te dejo aquí esta portada de la misma en inglés, para que la gires 180º :)

    http://www.blogseitb.com/estrenosdecine/wp-content/uploads/2010/12/princesavb1.jpg

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  2. Que chula!!!!

    La verdad es que no la conocía y me encanta.

    Mira que las diferentes portadas del libro me parecen bonitas pero siempre he pensado que les falta "algo". Debe ser porque mi referente es la estética de la película y las veo demasiado neutras.

    En cambio, esa portada me parece que da en el clavo.

    Gracias por compartirla :)

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