Para la mayoría de la gente, Umberto Eco está unido irremediablemente a El nombre de la rosa, la novela que le catapultó al gran público en 1980 y que dio pie a una excelente película años después. Lo que suele ignorar esta mayoría es que detrás de su faceta de novelista – y en parte gracias a esto mismo destaca tanto en sus novelas – hay una sólida carrera como filósofo, crítico literario, semiólogo y lingüista que lo sitúa como uno de los referentes en estos campos a nivel mundial.
El libro – librito – del que quiero hablar hoy nace de esta segunda faceta de Eco como referente intelectual moderno y tiene una serie de características que lo convierten en muy recomendable.
¿En qué creen los que no creen? es la recopilación de los artículos cruzados que durante 1995 y 1996 mantuvieron Umberto Eco y Carlo Maria Martini, arzobispo de Milán, en las páginas de la revista Liberal. Un pensador laico y un hombre de Iglesia intercambiando ideas, reflexiones y preguntas sobre algunos de los temas fundamentales en la dialéctica religiosidad-laicismo desde la serenidad que da el respeto intelectual mutuo: las posturas en torno al papel de la mujer en la Iglesia, a las leyes del Estado, a los fundamentos últimos de la ética laica o respecto al aborto se van perfilando, entre otros, a lo largo de las cartas cruzadas, en un ejercicio epistolar y argumentativo que me fascinó desde la primera lectura por sí mismo y por todo lo que implica.
Reconozco que quizá no sea un libro fácil, aunque tampoco tan complicado como he escuchado decir algunas veces. La altura de la propuesta merece el pequeño esfuerzo de seguir las argumentaciones y reflexiones de ambos autores (más las de Eco que las de Martini, creo, aunque ésa sea mi opinión personal y obviamente discutible).
La segunda pega que encuentro al libro es su segunda parte. Debido al interés que estos artículos cruzados despertaron entre los lectores de la revista, se decidió ampliar el número de autores, para dar cabida a las intervenciones de dos filósofos, dos periodistas y dos políticos. Sus textos los encuentro más forzados, alejados de la idea original que resulta tan fascinante: la de la relación epistolar de ida y vuelta entre los autores. Se pierde el fuerte componente de debate que tienen las primeras noventa páginas. Qué se le va a hacer...
En definitiva, un ejercicio de sanidad intelectual y de confrontación – que no enfrentamiento – de posturas en algunos de los temas de fondo en nuestra sociedad actual.
¿Os lográis imaginar una iniciativa así en el panorama español actual? Yo sé mi respuesta, y no es precisamente optimista...
La imagen, detalle de La creación de Adán, de Miguel Ángel.
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