11 feb 2011

Ficciones (I)

A veces creo
que me gustó que jugaras conmigo
¿sabes?
que cambiaras las reglas al son de tus deseos,
que no te importases más que tu misma
que cada día fuera fiesta de guardar
y cada elección un salto mortal
hacia ninguna parte.

Quizá fuera el contraste entre saberme solo
y recorrerte a trompicones,
entre buscarte conmigo y encontrarte
en cualquier otra parte.

Debió ser un brote de masoquismo
o algún mecanismo de autodestrucción,
pero lo cierto es que, ahora que te has ido,
echo de menos que jugaras a mi costa.

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